El
libro de los Prov.
31,10-31
elogia a la mujer virtuosa y hacendosa, Dios, a través de su
palabra, reconoce y alaba su trabajo, su responsabilidad, su amor a
su familia y su solidaridad con el pobre. Sin embargo, son muchas las
mujeres que no son reconocidas por su esposo, su pareja, su familia
en su trabajo doméstico. Por otra parte, el
problema que se les presenta a muchas mujeres es ser mujer
trabajadora y, a la vez ser madre y responder a las exigencias que
impone la familia.