Este hecho de vida que presentamos, les permitirá movitar la reflexión grupal en las comunidades.
Tengo un hijo que se llama Pedro, tiene 15 años y vive con mi mamá. Por algunos motivos yo no lo crié cuando era pequeño y quedó al cuidado de mi mamá. Resulta que él el otro día estuvo detenido por haber sido sorprendido en estado de ebriedad junto a otros compañeros en la esquina de su colegio. Tuve que ir a buscarlo yo pues no se atrevió a llamar por teléfono a su abuelita, mi mamá.
Tengo un hijo que se llama Pedro, tiene 15 años y vive con mi mamá. Por algunos motivos yo no lo crié cuando era pequeño y quedó al cuidado de mi mamá. Resulta que él el otro día estuvo detenido por haber sido sorprendido en estado de ebriedad junto a otros compañeros en la esquina de su colegio. Tuve que ir a buscarlo yo pues no se atrevió a llamar por teléfono a su abuelita, mi mamá.
Conversando con mi mamá, ella dice que su nieto no tiene problemas de drogas, que como se me ocurre eso... y cada día el niño se junta con jóvenes que consumen drogas en la población. Ella en ese caso creo que no podría ayudarlo pues se rehúsa totalmente a la idea de drogas en su nieto.