El pasado 01 de
Junio, en nuestro país se celebró el día del Catequista. Ellos y
ellas son laicos comprometidos, buenos comunicadores y comunicadoras
del Evangelio de Jesús, como lo dijo el Obispo Vicario Apostólico
de Aysén, Mons. Luis Infanti, que acompaña nuestra pastoral de
adicciones, en un saludo con el que se hizo presente les dijo:
“Recuerden que, con su tarea, marcan la vida de fe de muchas
personas y dado que lo hacen en nombre de Jesús, sean conscientes de
la importancia en ser cada día mejores, para que con su testimonio
de vida, mensaje y capacidad comunicadora puedan entusiasmar y
alentar, desde la fe, la vida de tantas personas". Agregó que,
tal como los apóstoles, los catequistas son testigos de la
resurrección de Jesús, motivo para manifestarlo con su alegría y
compromiso en las comunidades en que están.
Y, cuando el que
fuera Obispo de Los Ángeles, Dn. Miguel Caviedes era presidente de
la Comisión Nacional de Catequesis dijo: “Animo a todos los
catequistas y, específicamente a los coordinadores de catequesis
parroquial a que se haga efectiva esta formación preventiva en temas
de adicciones al Pueblo de Dios que les corresponde acompañar. Esta
acción preventiva es particularmente valiosa a los ojos de Aquel que
se hizo cercano y se identificó con los sufrientes y despreciados de
la sociedad: Aquel que dijo “Todo lo que hiciste a uno de estos,
que son mis hermanos, a Mí me lo hiciste (MT.25,40).
Nuestra Iglesia, en
su acción preventiva, además de enseñar los mandamientos procura
apuntar a las causas de las transgresiones a esos mandamientos, en
las cuales, está, en la mayoría de los suicidios, homicidios,
violaciones, robos, accidentes, el consumo excesivo de alcohol o el
consumo de drogas que la ley sanciona. Y empatizando con lo que dicen
los Obispos creemos que la prevención que se haga en la catequesis
del consumo problemático de alcohol, o de drogas prohibidas es
primordial. La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia
como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes
de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer
discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que
Él había mandado. (Mt 28, 19 s.)
Él les confiaba de
este modo la misión y el poder de anunciar a los hombres lo que
ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado
con sus manos, acerca del Verbo de vida. Al mismo tiempo les confiaba
la misión y el poder de explicar con autoridad lo que Él les había
enseñado, sus palabras y sus actos, sus signos y sus mandamientos. Y
les daba el Espíritu para cumplir esta misión (1 Jn 1, 1).
Muy pronto se llamó
catequesis al conjunto de esfuerzos realizados por la Iglesia para
hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer en Jesús es el
Hijo de Dios, a fin de que, mediante la fe, ellos tengan la vida en
su nombre (Jn.20,31), para educarlos e instruirlos en esta vida y
construir así el Cuerpo de Cristo. La Iglesia no ha dejado de
dedicar sus energías a esa tarea.
El mensaje de
Jesucristo en su Evangelio nos anima constantemente a estar cerca del
sufriente, de los que se duelen y de los pequeños. La Iglesia
consciente de esta realidad evangélica se hace y se ha hecho parte
desde sus origines de intentos de aplacar el dolor de los que más
sufren. Jesús, nuestro Salvador, no vino a condenar, sino a salvar y
pasó por el mundo anunciando la Buena Nueva de la Salvación,
sanando enfermos, devolviendo la vista a los ciegos, sanando
leprosos, expulsando demonios, etc.
Luego los Apóstoles
se hicieron cargo de esta tarea desde el momento mismo, que por la
acción del Espíritu Santo, se hicieron a la tarea del anuncio de la
Buena Nueva. Las primeras comunidades cristianas compartían todo
para solidarizar con los que menos tenían.(He.2). La creación de
institutos y órdenes religiosas permitió a la iglesia llegar con su
mano misericordiosa a muchos de los que sufrían la enfermedad y la
exclusión social. Una cantidad importante de Santos de nuestra
Iglesia han consagrado su vida al servicio de los enfermos, los
mendigos, los sufrientes, los necesitados en general.
En la actualidad
ante los ojos de nuestra Iglesia se presentan nuevos rostros de
hermanos y hermanas que sufren distintas problemáticas sociales que
les afectan; siguen siendo los enfermos, los mendigos, los pobres y
desamparados los privilegiados de nuestra iglesia, y son ellos los
que nos llaman constantemente a la conversión, para reflejar el
rostro amoroso del Padre que llega a todos y todas sin distinción de
ricos y pobres. Es este espíritu el que animó al Padre Alberto
Hurtado en su tarea de apoyo, acompañamiento y denuncia de la
situación de los más pobres. Les invitamos a mirar a los hermanos y
hermanas que son afectados en sus vidas por las consecuencias del uso
abusivo de alcohol y otras drogas en Chile, tal como el lo hizo:
tendiéndoles una mano solidaria y denunciando que “La Sociedad
produce a los pecadores y luego los castiga y solo Cristo los acoge”.
La Conferencia
Episcopal, a través de su Área Pastoral Social Cáritas, se ha
hecho cargo de promover la acción pastoral hacía las personas que
necesitan de ayuda para enfrentar consumos problemáticos de alcohol
y otras drogas en su persona, su familia y comunidad, a través de la
Pastoral Nacional de Alcoholismo y Drogadicción (PANAD), la que ha
venido desarrollando, durante 27 años y con experiencias que datan
desde hace 46 años, un trabajo en red con distintas organizaciones e
instituciones para aportar en la solución de los problemas derivados
de estas conductas.
En esta acción
pastoral que ha involucrado a decenas de agentes pastorales
(Sacerdotes, Diáconos, Religiosas, Religiosos, Catequistas, Laicos
comprometidos, etc.) en la mayoría de las diócesis en Chile,
buscando incorporar la acción de prevención y rehabilitación en el
concierto de la pastoral orgánica, consientes que la misma acción
evangélica y pastoral ya es en sí misma una propuesta de
prevención. Como parte de este proceso hemos pensado en la necesidad
de incorporar en las diversas catequesis sacramentales, algunas
sesiones en torno a los problemas derivados del uso abusivo de
sustancias psicoactivas. Vamos en la 5a ediciones del Manual de
prevención para ser usado en la distintas catequesis que preparan al
Bautismo, la Primera Comunión, la Confirmación y el Matrimonio,
como texto adicional; pero creemos que es el momento de dar un paso
adelante y que lo fundamental esté incorporado en los mismos textos
para ser tratados en media o en una sesión. Confiamos nuestra
inquietud a la intercesión de la Virgen María, Madre de los pobres
y sufrientes.
PROPUESTA
DE TRABAJO EN CATEQUESIS
Objetivo
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Establecer
en todos los procesos de catequesis sacramental al menos una
unidad de prevención de las consecuencias del uso abusivo de
alcohol y otras drogas.
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Descripción
de las formas de trabajo
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La
idea concretamente es la siguiente:
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Algunas
Prácticas desarrolladas
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1.-
La Formación se ha realizado a nivel diocesano al interior de
Escuelas de verano o de invierno.
2.-
Para la formación, PANAD ha estructurado una “Guía
Metodológica para los Equipos Ejecutores”, en la cual se
detallan los temas y formas de entregarlos.
3.-
Se ha visto que resulta mucho más efectivo si hay un grupo
importante de catequistas incorporados y formados.
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Primera
parte del programa radial Espiritualidad, familia y adicciones del
05-06-2015, puede descargar y escuchar el programa completo desde el
enlace PROGRAMA RADIAL.
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