jueves, 18 de febrero de 2016

Prevención en la Catequesis.




El pasado 01 de Junio, en nuestro país se celebró el día del Catequista. Ellos y ellas son laicos comprometidos, buenos comunicadores y comunicadoras del Evangelio de Jesús, como lo dijo el Obispo Vicario Apostólico de Aysén, Mons. Luis Infanti, que acompaña nuestra pastoral de adicciones, en un saludo con el que se hizo presente les dijo: “Recuerden que, con su tarea, marcan la vida de fe de muchas personas y dado que lo hacen en nombre de Jesús, sean conscientes de la importancia en ser cada día mejores, para que con su testimonio de vida, mensaje y capacidad comunicadora puedan entusiasmar y alentar, desde la fe, la vida de tantas personas". Agregó que, tal como los apóstoles, los catequistas son testigos de la resurrección de Jesús, motivo para manifestarlo con su alegría y compromiso en las comunidades en que están.











Y, cuando el que fuera Obispo de Los Ángeles, Dn. Miguel Caviedes era presidente de la Comisión Nacional de Catequesis dijo: “Animo a todos los catequistas y, específicamente a los coordinadores de catequesis parroquial a que se haga efectiva esta formación preventiva en temas de adicciones al Pueblo de Dios que les corresponde acompañar. Esta acción preventiva es particularmente valiosa a los ojos de Aquel que se hizo cercano y se identificó con los sufrientes y despreciados de la sociedad: Aquel que dijo “Todo lo que hiciste a uno de estos, que son mis hermanos, a Mí me lo hiciste (MT.25,40).



Nuestra Iglesia, en su acción preventiva, además de enseñar los mandamientos procura apuntar a las causas de las transgresiones a esos mandamientos, en las cuales, está, en la mayoría de los suicidios, homicidios, violaciones, robos, accidentes, el consumo excesivo de alcohol o el consumo de drogas que la ley sanciona. Y empatizando con lo que dicen los Obispos creemos que la prevención que se haga en la catequesis del consumo problemático de alcohol, o de drogas prohibidas es primordial. La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado. (Mt 28, 19 s.)



Él les confiaba de este modo la misión y el poder de anunciar a los hombres lo que ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado con sus manos, acerca del Verbo de vida. Al mismo tiempo les confiaba la misión y el poder de explicar con autoridad lo que Él les había enseñado, sus palabras y sus actos, sus signos y sus mandamientos. Y les daba el Espíritu para cumplir esta misión (1 Jn 1, 1).



Muy pronto se llamó catequesis al conjunto de esfuerzos realizados por la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer en Jesús es el Hijo de Dios, a fin de que, mediante la fe, ellos tengan la vida en su nombre (Jn.20,31), para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo. La Iglesia no ha dejado de dedicar sus energías a esa tarea.



El mensaje de Jesucristo en su Evangelio nos anima constantemente a estar cerca del sufriente, de los que se duelen y de los pequeños. La Iglesia consciente de esta realidad evangélica se hace y se ha hecho parte desde sus origines de intentos de aplacar el dolor de los que más sufren. Jesús, nuestro Salvador, no vino a condenar, sino a salvar y pasó por el mundo anunciando la Buena Nueva de la Salvación, sanando enfermos, devolviendo la vista a los ciegos, sanando leprosos, expulsando demonios, etc.



Luego los Apóstoles se hicieron cargo de esta tarea desde el momento mismo, que por la acción del Espíritu Santo, se hicieron a la tarea del anuncio de la Buena Nueva. Las primeras comunidades cristianas compartían todo para solidarizar con los que menos tenían.(He.2). La creación de institutos y órdenes religiosas permitió a la iglesia llegar con su mano misericordiosa a muchos de los que sufrían la enfermedad y la exclusión social. Una cantidad importante de Santos de nuestra Iglesia han consagrado su vida al servicio de los enfermos, los mendigos, los sufrientes, los necesitados en general.



En la actualidad ante los ojos de nuestra Iglesia se presentan nuevos rostros de hermanos y hermanas que sufren distintas problemáticas sociales que les afectan; siguen siendo los enfermos, los mendigos, los pobres y desamparados los privilegiados de nuestra iglesia, y son ellos los que nos llaman constantemente a la conversión, para reflejar el rostro amoroso del Padre que llega a todos y todas sin distinción de ricos y pobres. Es este espíritu el que animó al Padre Alberto Hurtado en su tarea de apoyo, acompañamiento y denuncia de la situación de los más pobres. Les invitamos a mirar a los hermanos y hermanas que son afectados en sus vidas por las consecuencias del uso abusivo de alcohol y otras drogas en Chile, tal como el lo hizo: tendiéndoles una mano solidaria y denunciando que “La Sociedad produce a los pecadores y luego los castiga y solo Cristo los acoge”.



La Conferencia Episcopal, a través de su Área Pastoral Social Cáritas, se ha hecho cargo de promover la acción pastoral hacía las personas que necesitan de ayuda para enfrentar consumos problemáticos de alcohol y otras drogas en su persona, su familia y comunidad, a través de la Pastoral Nacional de Alcoholismo y Drogadicción (PANAD), la que ha venido desarrollando, durante 27 años y con experiencias que datan desde hace 46 años, un trabajo en red con distintas organizaciones e instituciones para aportar en la solución de los problemas derivados de estas conductas.



En esta acción pastoral que ha involucrado a decenas de agentes pastorales (Sacerdotes, Diáconos, Religiosas, Religiosos, Catequistas, Laicos comprometidos, etc.) en la mayoría de las diócesis en Chile, buscando incorporar la acción de prevención y rehabilitación en el concierto de la pastoral orgánica, consientes que la misma acción evangélica y pastoral ya es en sí misma una propuesta de prevención. Como parte de este proceso hemos pensado en la necesidad de incorporar en las diversas catequesis sacramentales, algunas sesiones en torno a los problemas derivados del uso abusivo de sustancias psicoactivas. Vamos en la 5a ediciones del Manual de prevención para ser usado en la distintas catequesis que preparan al Bautismo, la Primera Comunión, la Confirmación y el Matrimonio, como texto adicional; pero creemos que es el momento de dar un paso adelante y que lo fundamental esté incorporado en los mismos textos para ser tratados en media o en una sesión. Confiamos nuestra inquietud a la intercesión de la Virgen María, Madre de los pobres y sufrientes.
PROPUESTA DE TRABAJO EN CATEQUESIS
Objetivo
Establecer en todos los procesos de catequesis sacramental al menos una unidad de prevención de las consecuencias del uso abusivo de alcohol y otras drogas.
Descripción de las formas de trabajo
La idea concretamente es la siguiente:
  1. Formar a un grupo de catequistas que puedan conocer un poco más sobre el tema y que sean los responsables de éste.
  2. Desarrollar el tema en su grupo y de manera paralela, de acuerdo a un programa, con otros grupos catequísticos.
  3. Coordinar con otros catequistas el desarrollo de alguna de las fichas que se entregan en el manual de prevención; entregándoles para eso las indicaciones necesarias. Recuerde que el Consejo Pastoral es siempre una buena instancia de coordinación.

Algunas Prácticas desarrolladas
1.- La Formación se ha realizado a nivel diocesano al interior de Escuelas de verano o de invierno.
2.- Para la formación, PANAD ha estructurado una “Guía Metodológica para los Equipos Ejecutores”, en la cual se detallan los temas y formas de entregarlos.
3.- Se ha visto que resulta mucho más efectivo si hay un grupo importante de catequistas incorporados y formados.


Primera parte del programa radial Espiritualidad, familia y adicciones del 05-06-2015, puede descargar y escuchar el programa completo desde el enlace PROGRAMA RADIAL.

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