En
la Biblia, en Dt. 30,15 Dios nos dice: he puesto delante de ti, hoy,
la vida y el bien,
la muerte y el mal… y tenemos una gran preocupación con la
legalización del auto cultivo de marihuana, ya que está demostrado
que al aumentar la disponibilidad de drogas aumenta el consumo y, con
ello, la delincuencia para adquirirla, las enfermedades, como la
esquizofrenia, las bronco pulmonares, el paso de mayor número de
usuarios al consumo de drogas más dañinas, los accidentes del
tránsito y del trabajo, como ha ocurrido en Colorado, en EE.UU.
Nuestra
esperanza la ponemos en el Señor, que en el Salmo 16 el salmista
dice: no dejarás que mi alma descienda a la muerte, ni permitirás
que tu santo experimente la corrupción. Me mostrarás la senda de la
vida porque en tu presencia hay plenitud de gozo y delicias a tu
diestra para siempre. Algunos programas atrás, tratamos con la
doctora Mireya este tema, de las bases neurológicas de la adicción,
en donde nos enfocamos principalmente en los gatilladores biológicos
externos que activaban las ganas de consumir alcohol y/o drogas….Pero
estos factores vienen determinados por condiciones aún más
internas, relacionadas con el funcionamiento de nuestro cerebro.
Es
por eso que queremos retomar este tema y ampliarlo para comprender
efectivamente la base neurobiológica de las adicciones. En
el programa anterior demostramos que los estímulos ambientales
(encontrarse con un amigo, pasar por delante de un determinado
bar,...) estímulos discretos (como un olor, una determinada
música.), o
internos (el estrés, un determinado estado emocional...),
previamente asociados al consumo de la droga y que se denominan
estímulos condicionados, pueden desencadenar el deseo de consumo y
respuestas emocionales en los pacientes adictos. Ello
tiene una gran relevancia clínica ya que frecuentemente provocan la
recaída tanto durante el consumo activo como durante la abstinencia.
La
importancia de los estímulos ambientales en la adicción fue
observada primeramente dentro del ámbito clínico, a través de los
relatos de los pacientes. Más recientemente, los estudios de
neuroimagen funcional, han permitido observar la respuesta cerebral
provocado por estímulos asociados al consumo en pacientes adictos.
Los registros obtenidos muestran la respuesta de distintas
estructuras neuronales cuando los pacientes ven
un video
con imágenes relacionadas con el consumo de cocaína….Durante la
visualización del vídeo, los pacientes presentaron activación en
dos regiones
límbicas,
la amígdala y en el cingulado anterior. La activación de estas dos
regiones es muy significativa puesto que las dos tienen un papel muy
importante en la conducta afectiva y el aprendizaje emocional. La
amígdala es crítica para el aprendizaje de relaciones entre el
significado biológico de los estímulos (comida, bebida, dolor) y
las señales que los predicen. En los pacientes que consumen cocaína,
la amígdala procesa también el significado emocional de esta droga.
Por su parte, el cingulado anterior comparte conexiones recíprocas
con la amígdala y tiene también un papel en el control de las
respuestas emocionales.
La
conducta de abuso de drogas es, en sus fases iniciales, una acción
instrumental, motivada y dirigida a un claro objetivo: la obtención
de placer, bienestar y euforia, proporcionados por la droga. Hoy
sabemos que con el tiempo y la repetición, las acciones
instrumentales inicialmente dirigidas a un objetivo se transforman en
habituales, activadas por mecanismos estímulo-respuesta, y acaban
por transformarse en hábito de conducta.
Un
ejemplo clásico del aprendizaje de un hábito de conducta es por
ejemplo ir en bicicleta o conducir un coche. Al principio cuando se
está aprendiendo, los movimientos son lentos y torpes y están bajo
el control voluntario del individuo que está aprendiendo y, por
tanto, bajo el control de su cortex prefrontal. A medida que el
aprendizaje avanza, los movimientos se van realizando de forma más
automática y a la vez mucho más precisa y fina, siendo capaces de
llegar a un alto control de la conducta.
Si
la conducta de consumo de droga en sus momentos iniciales era una
conducta impulsiva, en la fase final del consumo, cuando la adicción
ya está constituida, el consumo es de tipo compulsivo. Esta
evolución de la conducta de consumo se refleja en los mecanismos
neurobiológicos que la sustentan. Mientras que en las primeras fases
del consumo, la conducta dirigida al objetivo estaba controlada,
esencialmente, por la actividad del cortex prefrontal, a medida que
avanza el consumo, el control de la conducta se va transfiriendo
progresivamente a la actividad de los núcleos subcorticales. Es
decir, el CPF mantiene conexiones bidireccionales bien organizadas
con el estriado dorsal, a través de los circuitos
cortico-estriato-corticales, que controlan la conducta automática o
habitual.
El
proceso de formación de hábitos de conducta, con la puesta en
marcha de los mecanismos que constituyen el sustrato neurobiológico
del aprendizaje, es fundamental en todos los tipos de adicción. En
las adicciones no químicas, como el juego patológico o las compras
compulsivas, en las cuales no existen los efectos dopaminérgicos
adicionales que la sustancia genera, la activación de los mecanismos
neurobiológicos propios del aprendizaje motivacional y del
aprendizaje de hábitos debe desempeñar un papel fundamental en el
control de la conducta del adicto. Además, los efectos profundos de
este tipo de aprendizajes, que forman parte de los mecanismos de
memoria procedimental, contribuirían a explicar la resistencia a la
extinción de las conductas adictivas.
La
vulnerabilidad para el desarrollo de un adicción está influenciada
por diversos factores genéticos y ambientales. Ambos factores se
entrelazan entre sí y se suman a los efectos propios de las drogas
de abuso, potenciándose mutuamente. Muchos
trastornos médicos tienen un componente genético, pero la mayoría
de ellos, con inclusión del cáncer, la obesidad y las enfermedades
del corazón presentan un componente genético múltiple, con
contribuciones de múltiples genes y variantes genéticas.
Igualmente, la vulnerabilidad a la adicción está determinada por
múltiples genes, muchos todavía sin identificar y, de los ya
identificados, se desconoce todavía como interaccionan entre sí y
con el ambiente.
Primera parte del programa radial Espiritualidad, familia y adicciones del 23-07-2015, puede descargar y escuchar el programa completo desde el enlace PROGRAMA RADIAL
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