viernes, 29 de septiembre de 2017

Los valores y las adicciones.



El Evangelio recomienda una serie de valores y orientaciones morales para que los creyentes en Jesús sean más felices. Son los mismos valores que vivió Él a lo largo de su vida y que los cristianos debemos vivir para imitar a nuestro Maestro en todo.

1. El primer valor es la conversión. Que consiste en el arrepentimiento de los pecados y el cambio de vida: En Mc. 1,14 Jesús decía: “Conviértanse  y creed en la Buena Noticia del Evangelio”

Jesús no se refiere sólo a que no cometer actos malos, sino a cambiarlas actitudes de vida y la escala de valores. Por ejemplo, si con la adicción se hizo sufrir a la pareja, a los hijos, a los familiares y buenos amigos, debe reconocerlo, decir que lo siente y en lo posible compensar de algún modo el daño, poniéndose firme en no reincidir, entregando mucho amor; si uno/a es perezoso, debe intentar corregir esta actitud y valorar más el trabajo o el estudio.
Si alguien es egoísta, debe cambiar esa actitud y amar y respetar a los demás. Si uno es irascible (es decir que se enfada siempre y sin razón) debe cambiar esa actitud para ser más amable y respetuoso., Si uno es lujurioso y sólo piensa en el sexo, debe cambiar su actitud y valorar a los demás no como objetos de placer sino como personas que tienen una dignidad y a las que hay que respetar. Este cambio de actitud y de vida es lo que Jesús quiere para sus seguidores. Una vez que el cristiano se convierte, debe vivir otros valores que propone Jesús: ¿Cuáles son?








2. El amor a Dios y el amor al prójimo. Con esta frase, Jesucristo resumió todos los mandamientos. Jesús nos dice en Jn. 13, 34-35: “Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado”. Evidentemente no se puede amar a Dios si no se ama al prójimo, dice San Juan.

3. Jesucristo quiere que ese amor al prójimo se debe concretar en una serie de acciones que él mismo nos enseña en Mt 25,31 sg. "Dar de comer al hambriento, da hospedar al forastero, visitar al enfermo y al encarcelado, vestir al desnudo",… ser solidario con todos los que sufren….
Después la Iglesia, siguiendo este evangelio, añadió otras recomendaciones (llamadas “Obras de misericordia”) como: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca, consolar al triste, tener paciencia con los defectos del prójimo, etc. Pero Jesús quiere que sus seguidores lleguen incluso más lejos.

4. Amar a nuestros enemigos y a los que nos desean el mal. “Porque si sólo amáis a los que os aman y sólo hacéis el bien a los que os corresponden ¿Qué mérito tenéis?  Eso lo sabe hacer todo el mundo. Vosotros en cambio: amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio: tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo” (cf. en Lc 6,27-38).

5. Otro de los valores que propone Jesús es el perdón y la misericordia. “Hay que perdonar, no 7 veces sino siempre” Por tanto el cristiano debe perdonar siempre y no buscar la venganza. Es más, Jesús quiere que antes de ver los pecados y defectos de los otros, uno se mire así mismo. Antes de criticar y de hablar mal de los otros, Jesús propone que cada uno se mire su interior y se corrija: En Lc 6,27-38 dice:

"Sed compasivos como vuestro Padre del cielo es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados, dad y se os dará. La medida que uséis la usarán con vosotros". Y en otro pasaje dice: " el que esté limpio de pecado que tire la primera piedra" (Jn 8, 1-11); y en otro pasaje: “antes de mirar la paja en el ojo ajeno, mira la viga que tienes en el tuyo” (Lc.6,41).

6. Pero la mejor definición de cómo debe ser la vida de un cristiano la encontramos en Mt 5 o Lc.6: En las bienaventuranzas: Hay que confiar en el Señor, no en las riquezas. El mismo Jesús le dijo al tentador: no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4). Hay que ser humildes y sencillos, no hay que buscar los honores y los puestos importantes, y si el Señor te los da que lo emplees para servir al prójimo y no para servirte de los demás.

- Sufrir y llorar con los que sufren; el Papa Francisco quiere que los seguidores de Jesús tengamos no olor a perfumes, sino olor  a las ovejas que procuramos servir: Hay que ser solidarios y acompañar a la gente en los momentos de dolor, hay que saber ayudar a los que sufren, nunca debemos burlarnos de las desgracias ajenas, ni desear mal a nadie.

- Trabajar por la justicia y sentirnos bienaventurados cuando seamos perseguidos por defenderla: Esto implica denunciar la injusticia y corregir a los injustos. No hay que callar ante la injusticia sino ser valientes y saber corregir al que está equivocado, para no hacernos cómplices de su pecado o error. Las críticas deben ser constructivas y hechas con amor y nunca destructivas y por detrás. “Si tu hermano peca, anda y corrígelo a solas, dice el Señor”
- Ser misericordiosos: Se refiere a saber perdonar a los demás y a tener cuidado con las críticas destructivas. "Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

- Ser limpios de corazón: Se trata de ser personas que vayan con la verdad por delante y no hay que ser falsos ni hipócritas ni mentirosos. Hay que ser limpios, evitar la maldad, evitar el pecado, e intentar ser santos y perfectos como lo fue Jesús.
- Ser pacíficos: No hay que ser violentos ni agresivos, y hay que trabajar por la paz y la reconciliación siempre.   

7. Jesús nos enseña también el valor de la vigilancia; es decir, pensar que el cristiano cualquier día se tiene que morir y dejará este mundo y en ese momento se le preguntará sobre lo que ha hecho en esta vida. Por eso Jesús quiere que estemos preparados para el día en que él nos llame a su presencia. Y ese día vamos a pasar por el último examen de nuestra vida. San Juan de la Cruz decía que es día nos examinarán del amor….Por eso, debemos hacer un proyecto de vida que apunte a la eternidad, sabiendo que tenemos un alma inmortal…

8. En la Parábola del Buen Samaritano Jesucristo nos enseña los valores de la solidaridad, la igualdad y la dignidad humana…Todas las personas son hijos e hijas de Dios y hay que respetarlas como tales, aunque sean de otra raza, lengua o nación. Hay que pararse ante los problemas de los demás, para solidarizar generosa y oportunamente, y no pasar de largo. Los demás también son personas, con derechos y con dignidad que hay que respetar y tienen mucho que aportarnos porque en ellos está Jesucristo.

Primera parte del programa radial Espiritualidad, familia y adicciones del 04-04-2013, puede descargar y escuchar el programa completo desde el enlace PROGRAMA RADIAL

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