martes, 14 de abril de 2015

Espiritualidad, trascendencia y rehabilitación.



La espiritualidad es un área que siempre se impacta de una manera profunda a lo largo del proceso adictivo. También es la que más lentamente se recupera. Su importancia radica en las funciones tan elevadas que se gestan en esa área del ser, como lo son la capacidad de amar y la trascendencia…Recordemos que San Juan nos enseña que Dios es amor y que el testamento que nos dejó Jesús es que nos amemos unos a otros como Él mismo nos amó, hasta dar la vida por nosotros.

Al intentar definir la espiritualidad, y para efectos prácticos, podemos utilizar el modelo de "constitución trascendente del ser humano", que nos señala al espíritu como: el aliento de la vida, que para nosotros es el inspirado por Dios,  lo que anima al cuerpo y a la mente. De esta manera la espiritualidad puede ser definida como el estado de funcionalidad de ese espíritu, especialmente en relación a sus tres dimensiones: la personal, la interpersonal y la universal.



 



Para una buena salud espiritual es necesario que la persona mantenga una relación adecuada con esto tres niveles. De hecho la conexión del espíritu con el universo (el inconsciente colectivo de Jung), o "factor transcendental" es la conexión más importante pues, es a través de esa relación, que la fuerza espiritual nutre el resto de las facetas del ser. La conexión personal es la relación con el propio yo, y la relación interpersonal es la manifestación de esa fuerza en nuestras relaciones. De esta manera si hay una desconexión con la fuerza o factor trascendental, los otros dos niveles estarán bloqueados también.

Las adicciones causan una desconexión con la realidad espiritual interior, y con la fuerza trascendental universal. Esta desconexión no es inmediata sino progresiva y puede ser reversible. Mientras más severa se vuelve la adicción, más profunda es la desconexión espiritual interior. Esto a su vez funciona como un círculo vicioso, pues el vacío interior resultante, predispone más aún al uso como forma de llenar estos vacíos, pero esta es una solución temporal, agravando la desconexión a largo plazo y reforzando la dependencia. 

Una vez en recuperación la fuerza de la reconexión funciona a través de un flujo natural. No es necesario trabajar en la reconexión, pues ella se da espontáneamente. El trabajo de la recuperación consiste en trabajar en nosotros y el entorno, para poder disminuir o remover los obstáculos que bloquean ese flujo de reconexión interior.

No confundamos la espiritualidad con la religión o la religiosidad. La espiritualidad es la esencia del ser. La espiritualidad es lo que mueve a una persona a buscar significado en su vida. La religión se refiere más al conjunto de dogmas, doctrinas y rituales que sirven de base para un modelo de relación espiritual….Recordemos que Jesús valoró lo que hacemos, cuando dijo: “no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la Voluntad del Padre….y en Mt. 25: Entra en el Cielo, no porque practicaste la religión, sino porque esa práctica te  llevó a practicar la misericordia, ya que  las veces que tuve hambre, me diste de comer, cuando tuve que emigrar de mi país y llegué al tuyo, me hospedaste, cuando estuve enfermo o en la cárcel y me visitaste; por eso: ven a Mí bendito de mi Padre.

Se pueden definir tres instancias para poder entender la dinámica de la espiritualidad:

1.- El elemento espiritual o "factor trascendental" o poder superior:
es la fuente de la fuerza espiritual. Lo que nos anima e impulsa a buscar y vivir una vida con significado trascendental… Para nosotros es Dios el que nos impulsa y anima.

2.- La condición espiritual, se refiere a la relación entre el ser individual y el elemento espiritual o poder superior….Para nosotros, es nuestra relación con Dios.

3.- La disciplina espiritual, que es lo más cercano a la definición de religión. El conjunto de rituales o prácticas destinadas a nutrir la relación espiritual…En nuestro caso, es el amor al prójimo, sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos; la Oración, y el dominio de nuestras pasiones.
Una religiosidad fuerte no garantiza una conexión espiritual robusta; una religiosidad auténtica sí; así como la falta de religiosidad, no necesariamente está asociada, a falta de espiritualidad; como pasa con aquellos que no han recibido el don de la fe, pero que actúan recta y solidariamente, según su conciencia.

Cada persona desarrolla instintivamente una relación especial con el elemento espiritual que es personal e íntima… La participación en la propia religión o doctrina del adicto en recuperación, es otra forma valiosa de disciplina espiritual que ayuda a nutrir la espiritualidad, lo cual ha sido demostrado por varias universidades… Los grupos de autoayuda, basados en los Doce Pasos, son una herramienta poderosa en la disciplina espiritual de la persona en recuperación. 

Actividades relativas al arte, la vida familiar, la práctica de principios espirituales en  la vida diaria, son formas útiles de reforzar y compartir el crecimiento espiritual.         
En esencia la espiritualidad es un fenómeno íntimo y trascendente que es vital para el desarrollo de una recuperación de calidad, y es además, fuente de motivación para nuestra mision y búsqueda de significado en la vida

Una vez que el crecimiento espiritual se fortalece se comienzan a notar algunos cambios en la vida diaria del adicto en recuperación.

Algunos de las manifestaciones del crecimiento espiritual son:
1.- Adecuada capacidad de relacionarse y compartir, así como servir a los demás
2.- Serenidad interior que se refleja en las actuaciones y en la personalidad individual.
3.- Capacidad de valorar lo cotidiano y lo que aparentemente es intrascendente.
4.- Capacidad de jugar y expresar sentimientos
5.- Disminución del egocentrismo y de la necesidad de validación externa
6.- Disminución de la necesidad obsesiva e irrazonable de control en las relaciones personales
7.- Mayor dedicación al servicio desinteresado.
8.- Confianza renovada en el porvenir, percibiendo al universo como un sitio amoroso y seguro.
9.- Desapego creciente a las fuentes materiales de seguridad o satisfacción, como el dinero, sexo, prestigio o propiedades.
10.- Capacidad de maravillarse con la simplicidad.
Recuerde siempre que la razón última o el significado del desarrollo espiritual es algo muy personal, pero nunca debe ser visto como el fin en sí mismo, sino como un don que debe ser compartido para poder conservarlo… Por eso, la Iglesia nos llama a ser fieles discípulos misioneros del mensaje de Jesucristo.

 Primera parte del programa radial Familia sin drogas del  23-08-2012, puede descargar y escuchar el programa completo desde el enlace PROGRAMA RADIAL.

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